Supongo que ya se habrán escrito
infinidad de artículos sobre el tema desde todas las perspectivas posibles:
políticas, sociológicas, psicológicas…no pretendo añadir nada nuevo. Expertos
hay en todas estas materias, con grandes bancos de datos y estadísticas que
avalen sus afirmaciones. Mi humilde reflexión de ama de casa sólo abarca desde mi casa hasta el parque del barrio y como
datos, sólo dispongo de aquellos que me
aporta la observación de los hijos de los amigos y vecinos y, sobre todo, la de mis propios hijos.
El hecho en sí está mal, muy
mal…cuando lo vi en las noticias me quedé perpleja y no acertaba a dar crédito
a lo que estaba viendo. ¡No puede ser…¡ . Para colmo el agresor es un
adolescente…!un niño aún¡… Cualquier madre que me lea o escuche estará de
acuerdo conmigo…17 años es la edad de un niño grande por muy maduro que él se
crea… Un niño que está aprendiendo a ser mayor, que entra y sale de la realidad
a la fantasía con la misma facilidad y
rapidez que se cambia de ropa, que muestra a veces una apariencia engañosa,
mente infantil en cuerpo de hombre…y por ello muy frágil y vulnerable…
No había terminado de recuperarme
del impacto de la noticia cuando, uno de mis hijos se aproximó con su móvil para
enseñarme el video que circulaba por internet y que, a su vez retuiteó a más amigos…No sé qué me escandalizó
más si volver a ver las imágenes o escuchar el comentario ofensivo y el
retuiteo de mi hijo…Atónita intenté decir algo pero no logré articular ni una
palabra ante tanta…¿cómo se llama esto?...en mi época lo llamaríamos falta de
ética… ¿laxitud?... Mi cara debía de ser “todo un poema” y, para tranquilizarme,
a mi hijo no se le ocurrió otra cosa que apostillar: “no pasa nada mamá lo hace todo el mundo”… ¡¿todo el
mundo¡?...¿Y por que lo haga todo el mundo ya te parece correcto?...¿dónde han
quedado todas esa horas, días y años que hemos dedicado a hablar de la
educación, el respeto, el esfuerzo, el valor del diálogo, la tolerancia, la
riqueza de la diferencia,…? Confieso que sentí una gran impotencia y una frustración terrible…Soy muy consciente
de que la educación de los hijos es una inversión a muy, pero que muy largo
plazo y que en muchos casos no se ven ni siquiera esos pequeños beneficios trimestrales
indicadores de que “algo” se avanza…y me lo recuerdo cada día. Pero, a veces…
pierdo la perspectiva.
Y es que, cuando un “tuit”
llegado a saber de dónde y generado a saber por quien, tiene más valor, poder y
credibilidad que los grades valores universales… yo me pregunto, y me genera la
duda legítima, ¿merecerá la pena que los padres nos develemos tanto en la
educación de nuestros hijos?...Cualquier “pelamanillas” del otro extremo del
mundo, al que nunca tendremos el gusto de conocer puede, con un solo dedo, en
cuestión de segundos destruir todo lo que se hemos construido durante años con
esmero, dedicación, cariño y esfuerzo.
No soy muy amiga de los
móviles…perdón… del mal uso que se hace de ellos, especialmente de la impunidad
que se ha ido generando a base de la distancia y el anonimato que proporcionan.
Lo mismo que pasa con iternet…
Siento que muchos de nuestros
chicos y chicas están muy perdidos y que hemos puesto en sus manos, ingenua e
inocentemente, como que fueran juguetes, unas grandes armas que, aun sabiendo
manejar, no controlan ni conocen el alcance de su potencial…y ahí les tenemos
disparando “tuits” con gran ligereza y sin saber, y lo que es peor todavía sin
tener conciencia, del daño que están
generando.
Hoy se retuitea la agresión a un candidato a la presidencia con anchas
espaldas y grandes equipos para superar situaciones de crisis pero ayer y
mañana…se ha hecho de un niño, un compañero…y se hará de ti que te sientes
seguro y a cubierto…y…nos quedaremos muy tranquilos ya que será algo normal porque..." lo hace todo el mundo".
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