Esta mañana, tempranito, uno de
mis hermanos me ha enviado, por whatsapp, un vídeo de Thais Villas (colaboradora
de “El Intermedio”). Mi hermano era muy consciente de que aquello tenía “cierta
gracia”. Efectivamente y, también, … ¡muchos huevos!, por lo que me lo hizo
llegar, a sabiendas de que me iba a reír pero, además, porque sabía que no lo
iba a dejar pasar. Por algo somos hermanos. Haber vivido tantos años juntos da
cierto conocimiento sobre las cosas que nos hacen reaccionar…
¡Efectivamente!, pasada la
sorpresa inicial y la gracia, mi cabeza comenzó a “runrunear” dejando en un
segundo plano las tareas cotidianas, que fui haciendo de forma mecánica, porque
mi mente andaba ya pensando en este pequeño vídeo como un reflejo de lo que,
realmente, hay en la sociedad. En él, una señora confiesa tener una persona que
le hace las tareas de la casa y, curiosamente, no sabe determinar su horario: “Ella duerme allí, se pone a limpiar, pone la
comida, luego descansa, plancha, nos pone la cena y ya está”. ¿¡TE PARECE
POCO!? ¡De sol a sol! ¡Oiga usted! Y dicho así de rápido y breve parece que no
hace “NADA”. Tendrían que haberle preguntado, ya de paso, a cuánto ascendía el
salario de esa persona. Pero ese es otro tema.
Menos mal que la señora tiene al menos la decencia de
reconocer que respecto a la casa, no da
palo al agua. Ya nos lo había dejado bien claro con anterioridad pero es que, confiesa,
que no trabaja en ningún otro sitio y que… ¡¡¡ES AMA DE CASA!!!...: ”No
trabajo. Soy ama de casa”. Al grueso de mujeres y amas de casa, estoy
casi segura que les chirriará esa afirmación, como a mí. ¡La “señoritonga” hace una ecuación en la que
las partes de la igualdad son NO TRABAJA = AMA DE CASA! ¿Acaso realizar las
tareas de casa no supone un esfuerzo, un tiempo, una dedicación y un saber como
en cualquier otro trabajo?... ¡Ya sé!… Sólo se considera trabajo si cobras un salario y cotizas…
No puedo decir nada respecto a
que esta mujer disponga del dinero suficiente para pagar a otra persona que le
haga las tareas de la casa… ¡si existe un contrato de trabajo justo!… y he
dicho JUSTO no legal. Es bueno para las dos partes. Pero…el “No trabajo. Soy
ama de casa”… ¡Perdone usted, señora!, pero…, no nos engañemos, lo que se dice
“SER ama de casa”… a mi no me parece que lo sea…. En tal caso… ¡dice y decide lo
que tiene que hacer otra persona! Y eso, tiene otro nombre. ¿Cuál? Mire usted, no lo sé, ¿o sí? pero, lo que sí es seguro es que, no es “Ama
de casa”. No al menos como yo lo entiendo. Quizás es que tengamos diferentes
concepciones del concepto “ama de casa”: la mía, más humilde, es la de aquella mujer
que cuida directamente, con sus manos, tiempo y esfuerzo de su propia casa y
familia. Y la suya… es la de “dueña” que se enseñorea sobre bienes y criados y,
en tal caso, ya estaríamos hablando sólo de “el ama”. Es una cuestión de
semántica.
Lo cierto es que hay un
porcentaje muy alto de personas, entre ellas más mujeres de las que desearía,
que piensan que el oficio de “Ama de casa” consiste en horas en la peluquería,
sesiones de rayos uva, tertulias de té y café, la manicura… que es lo que, en
el fondo, hace esta mujer y el resto… para la “Chacha”.
En oposición a ese grupo, por
desgracia más visible y apetecible, existe otro mucho más grande y real que,
por decisión personal o necesidad, realizan ellas mismas el trabajo que sí es
propio al “Ama de casa”, sin estridencias, sin banderas, con la sencillez y
naturalidad que lo caracteriza. Y a
veces, sólo a veces, les queda tiempo y dinero para concederse el capricho y el
lujo de poder ir un día a la peluquería ¿o es una necesidad?
Y, no olvidemos, que hace falta tener
muchos huevos, en los tiempos que corren, para ser una auténtica “ama de casa”
por vocación y, asumir TODAS las tareas que conlleva además de aceptar la
discriminación social a la que te vas a ver sometida. Decir que lo eres cuando
hay otra persona detrás que solventa todo el grueso del trabajo pesado… me
parece un insulto hacia todas las demás amas de casa que cada día realizamos
ese trabajo a cambio de un abrazo y un beso de nuestros seres queridos.
Soy Ana Casado. Soy mujer y trabajo como “Ama de Casa”.