Como cada mañana, después de
dejar a los niños en el colegio, otras dos amas de casa y yo nos disponíamos a
dar nuestro paseo matutino de una hora. Lejos estábamos de sospechar que hoy las alegres endorfinas
iban a ser aniquiladas y aplastadas por un bombardeo publicitario andante y esa
sensación de satisfacción que nos generaba el paseo se quedaría en una
incipiente depresión.
Todo había empezado sin darnos
cuenta unos días antes cuando otra mamá, de una niña de infantil, (nosotras
somos mamás a punto de graduarnos de la Primaria) nos pidió permiso para unirse
a nuestro grupo de mujeres andantes y madrugadoras. Obviamente no había nada
que objetar. Faltaría más…
Llegó el día de su incorporación
al grupo y enseguida nos percatamos de que desentonaba ella o desentonábamos
nosotras. La mamá en cuestión venía impecable. De no ser por que vestía prendas
deportivas… hubiéramos jurado que iba a una fiesta. ¡Perfectamente conjuntada y
equipada! Todo recién salido de la tienda… de las mejores tiendas de marcas
deportivas…¡por supuesto!... como no tardó en aclararnos. Pero es que…. ¡hasta sus interiores
eran nuevos y de marca! … nos lo creímos. No hubo necesidad de que nos lo
enseñara.
Nosotras, las habituales,
equipadas con zapatillas de hacía diez años…. ¡sin cámara de aire! … sudaderas
de aprovechar, camisetas viejas… ¡toooodo
desparejado!… y alguna con sobras de sus hijos e hijas más mayores. Igualitas a ella…
Y es que “para hacer deporte lo
primero y principal es estar bien equipado”… ¡Dios mío, llevamos nueve años sin
equipación! Pero… ¡qué hemos estado haciendo todo este tiempo!..
La primera y sin movernos, fue
una gran lección de vestuario deportivo y un somero recorrido por las mejores
tiendas de la ciudad y todo… por el módico precio de… ¡¿CÓMO DICES!? ...
Procuré cerrar la boca a tiempo para que no se notara ni mi asombro ni la
escasez de mi cartera… si acaso mi atuendo ya hubiera conseguido pasar desapercibido.
El paseo ya prometía desde la
mismísima puerta del patio del colegio.
¡Qué intensidad…! No habíamos
llegado al final de la avenida y ya estábamos repasando los neceseres de
cuidados del cutis y maquillaje… Yo acabé enseguida. A parte de la crema
hidratante de toda la vida, en mi set de maquillaje sólo había una barra de labios
que me regaló mi amiga Bego hace… ¿se caducan estas cosas?... Escuchaba,
escuchaba…. y cuanto más lo hacía más
bicho raro me sentía.
“Yo nunca salgo de casa sin
maquillarme. Es muy importante la imagen que damos a los demás”… No lo había
pensado… Yo… me lavo la cara cada día para que todos vean quien soy… pero,
parece que eso sólo no vale… Hay que maquillarse, pintarse, depilarse las
cejas… disfrazarse… ¿eso me hará mejor
persona?. ”Te hará un rostro más amable
y se fijarán más en ti. Si quieres yo misma me puedo pasar por la perfumería y
te compro lo básico que necesitas por el módico precio de…”. ¿CUÁNTO HAS DICHO?
y ¿cuánto tiempo me lleva mantener eso?... ¿Consistirá en esto la feminidad?...
La segunda y caminando… gran lección de cosmética e imagen.
Sííííí…, tranquilos y tranquilas
que aún queda otra, la conclusión… breve pero jugosa…
“…y es que con buena ropa y bien
arreglada, consigues estar a gusto contigo misma y eso… los demás lo notan”.
¡Pero, coño…! (perdonen por la palabra).¡Si eso ya lo tenía yo al principio!. Me
sentía a gusto y feliz con lo que era y tenía. Y llegas tú… y hábilmente nos
dices lo paletas que somos (que soy, en este caso), nos desmontas nuestra
felicidad y nos vendes una quimera en aras de una felicidad por llegar… que ya
teníamos. ¿Qué psicólogo, publicista,… te ha vendido el discurso?, ¿tan
insatisfecha e insegura te sentías que has tenido que esconderte detrás de
tanta basura para afianzarte…? Te aseguro que vendiendo eres buena porque… CASI
ME LO CREO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario