viernes, 10 de febrero de 2017

Casi me lo creo

Como cada mañana, después de dejar a los niños en el colegio, otras dos amas de casa y yo nos disponíamos a dar nuestro paseo matutino de una hora. Lejos estábamos  de sospechar que hoy las alegres endorfinas iban a ser aniquiladas y aplastadas por un bombardeo publicitario andante y esa sensación de satisfacción que nos generaba el paseo se quedaría en una incipiente depresión.
Todo había empezado sin darnos cuenta unos días antes cuando otra mamá, de una niña de infantil, (nosotras somos mamás a punto de graduarnos de la Primaria) nos pidió permiso para unirse a nuestro grupo de mujeres andantes y madrugadoras. Obviamente no había nada que objetar. Faltaría más…

Llegó el día de su incorporación al grupo y enseguida nos percatamos de que desentonaba ella o desentonábamos nosotras. La mamá en cuestión venía impecable. De no ser por que vestía prendas deportivas… hubiéramos jurado que iba a una fiesta. ¡Perfectamente conjuntada y equipada! Todo recién salido de la tienda… de las mejores tiendas de marcas deportivas…¡por supuesto!... como no tardó en aclararnos. Pero es que…. ¡hasta sus interiores eran nuevos y de marca! … nos lo creímos. No hubo necesidad de que nos lo enseñara.
Nosotras, las habituales, equipadas con zapatillas de hacía diez años…. ¡sin cámara de aire! … sudaderas de aprovechar,  camisetas viejas… ¡toooodo desparejado!… y alguna con sobras de sus hijos e hijas más mayores.  Igualitas a ella…
Y es que “para hacer deporte lo primero y principal es estar bien equipado”… ¡Dios mío, llevamos nueve años sin equipación! Pero… ¡qué hemos estado haciendo todo este tiempo!..
La primera y sin movernos, fue una gran lección de vestuario deportivo y un somero recorrido por las mejores tiendas de la ciudad y todo… por el módico precio de… ¡¿CÓMO DICES!? ... Procuré cerrar la boca a tiempo para que no se notara ni mi asombro ni la escasez de mi cartera… si acaso mi atuendo  ya hubiera conseguido pasar desapercibido.

El paseo ya prometía desde la mismísima puerta del patio del colegio.

¡Qué intensidad…! No habíamos llegado al final de la avenida y ya estábamos repasando los neceseres de cuidados del cutis y maquillaje… Yo acabé enseguida. A parte de la crema hidratante de toda la vida, en mi set de maquillaje sólo había una barra de labios que me regaló mi amiga Bego hace… ¿se caducan estas cosas?... Escuchaba, escuchaba…. y  cuanto más lo hacía más bicho raro me sentía.
“Yo nunca salgo de casa sin maquillarme. Es muy importante la imagen que damos a los demás”… No lo había pensado… Yo… me lavo la cara cada día para que todos vean quien soy… pero, parece que eso sólo no vale… Hay que maquillarse, pintarse, depilarse las cejas… disfrazarse…  ¿eso me hará mejor persona?.  ”Te hará un rostro más amable y se fijarán más en ti. Si quieres yo misma me puedo pasar por la perfumería y te compro lo básico que necesitas por el módico precio de…”. ¿CUÁNTO HAS DICHO? y ¿cuánto tiempo me lleva mantener eso?... ¿Consistirá en esto la feminidad?...
La segunda y caminando…  gran lección de cosmética e imagen.
Sííííí…, tranquilos y tranquilas que aún queda otra, la conclusión… breve pero jugosa…

“…y es que con buena ropa y bien arreglada, consigues estar a gusto contigo misma y eso… los demás lo notan”. ¡Pero, coño…! (perdonen por la palabra).¡Si eso ya lo tenía yo al principio!. Me sentía a gusto y feliz con lo que era y tenía. Y llegas tú… y hábilmente nos dices lo paletas que somos (que soy, en este caso), nos desmontas nuestra felicidad y nos vendes una quimera en aras de una felicidad por llegar… que ya teníamos. ¿Qué psicólogo, publicista,… te ha vendido el discurso?, ¿tan insatisfecha e insegura te sentías que has tenido que esconderte detrás de tanta basura para afianzarte…? Te aseguro que vendiendo eres buena porque… CASI ME LO CREO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario